El origen este perro debe buscarse entre los Perros blancos del Rey, tan apreciados por Luis XIV y dispersos después por su sucesor Luis XV. Fue el señor de Montaimboeuf quien, utilizando los pocos restantes, fijó una raza que tomó su nombre. Sucesivamente Hublot du Rivault formó una numerosa jauría de perros Céris, creados por el homónimo señor de Céris cruzando pequeños perros provenientes de Suiza -con la capa blanca y anaranjada- con los supervivientes perros blancos del Rey. Por último, más tarde, el propio Hublot du Rivault cruzando un macho de Poitevin-Larye con algunas hembras Céris y cruzando después estos productos con un semental Montaimboeuf, obtuvo perros con la capa blanca y anaranjada, que constituyen los progenitores del actual Billy. Hacia finales del siglo XIX, la raza era definitivamente fijada teniendo estos perros en Francia, una rápida difusión, hasta el punto de formarse jaurías bastante numerosas.